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Panopticopias

2022 - Actualidad

Our machines are disturbingly lively,
and we ourselves frightengly inert
— Donna Haraway, 1991 “A Cyborg Manifesto […]” (In: Simians, Cyborgs, and Women: The Reinvention of Nature. London, Free Asociation Books, p. 157)

En pocas décadas, la invención ya centenaria de la televisión introdujo la fascinación por imágenes en movimiento transmitidas (inicialmente en directo y luego también en diferido) por unas pantallas insertas en aparatos domésticos, dentro de la mayoría de los hogares de un mundo contemporáneo que hoy se nos muestra con cierta nostalgia. A diferencia del embrujo, hechizo, objeto de ensoñación y hasta de seducción, como anunciaba Gaston Bachelard, de una fogata, alrededor de la cual se han reunido clanes y grupos humanos a lo largo de la historia para despertar la construcción de sus propios mitos; las fulgurantes emisiones televisivas capturaban a las personas desde una sola vía mono-canal que, más que un medio de comunicación de doble carril (que llegarían algo después), se convirtieron en una red centralmente distribuida desde nodos institucionales que, ocultando sus sesgos bajo una falsa membrana de objetividad, resultaban útiles a la diseminación totalitaria de ideologías culturales y políticas.

La serie “Panopticopías” de Gonzalo García despliega, con un conjunto de imágenes realizadas hábilmente con la técnica de acuarela en gran formato, una metáfora eficaz que apunta a ese sesgo, enormemente distópico: un señalamiento de aquellas superficies barridas con un haz de luz electrónica que genera imágenes dinámicas, inicialmente cerradas a las interacciones, y capaces de producir tempranamente, de manera efectiva, las emociones masivas (y con estas, la manipulación). Ya apagadas o encendidas, emitiendo destellos coloridos; y muchas veces amontonadas en formas más amplias de apariencia compacta, lo que parece quedar representado bajo una cierta estética retro-futurista, es que detrás de esos discursos simultáneos, supuestamente múltiples, se encontrase un único emisor (aún si con muchos rostros).

Como signos maquinales acoplados fortaleciendo estructuras sociales fuertemente jerárquicas, la irrupción del control llegaba mucho antes de la supremacía cuántica. Al tiempo, el entretenimiento se convirtió en una esclerosis y enorme pérdida de tiempo que, de pronto, hizo intempestiva una obsolescencia programada de nuestra propia especie (arrastrando antes de ella a tantas otras), como anunciaba Günther Anders. Para el artista, esa transformación profunda va a contravía de una época clásica, donde lo contemplado estaba normalmente sumido en la quietud: ese drástico cambio de roles ha hecho a nuestra civilización, condicionada todavía a lo biológico, detener muchas veces hasta su capacidad de pensamiento.

Antes incluso de las pantallas planas de plasma o de cristal líquido y las más recientes de tecnología OLED (que inundan hoy centros comerciales y calles, caben en la mano o están en el bolsillo, omnipresentes); estos monitores convexos parecen el prototipo industrial de esos ojos compuestos que caracterizan a varios insectos de visión amplificada (conformados por unidades sensibles llamadas omatidios, muchas veces hexagonales): invadiendo entonces desde las alcobas hasta las salas donde se espera largamente la atención de servicios públicos (de los que muchas veces hemos sido privados). Mientras eso sucedía, nosotros devenimos una suerte de obreros, vigilantes, custodios (e incluso técnicos responsables, por omisión) del funcionamiento de una tecnocracia que nos excede y que, aquí, se exhibe como la metáfora de un arcoíris (barras de color, sin señal) cuyo final no se tiene más a la vista.

Emilio Tarazona , Deciembre 2022

 
 

Panopticopia Nº 3

Acuarela sobre papel

120 x 120 cm

2023

Panopticopia Nº 4 - Fogata

Acuarela sobre papel

120 x 120 cm

2023

Panopticopia Nº 5 - Robot heart

Acuarela sobre papel

120 x 120 cm

2023

Panopticopia Nº 6 - Green

Acuarela sobre papel

120 x 120 cm

2023